Instalada en su comedor y acompañando a su padre, la hija de un paciente del Instituto de Neurocirugía, INCA, toma su celular y pincha un vínculo que le han enviado a su correo electrónico, se conecta a una reunión virtual y comienza el diálogo.
Podría tratarse de una videollamada común, pero se trata de una teleconsulta, una modalidad de atención de salud que hace algunas semanas comenzó a implementar el Instituto de Neurocirugía con algunos de sus pacientes.
Si bien este tipo de atención no es nueva en el mundo de la medicina, el INCA ha comenzado a implementarla ahora, a raíz de la pandemia de COVID-19 y, según señala el jefe de Policlínico, Dr. Hernán Acevedo, “es una herramienta que llega para quedarse, pues esta situación que estamos viviendo no va a ser algo que se pase de un año para otro, incluso hay quienes plantean que volverá a aparecer con una frecuencia no conocida”.
“A través de la teleconsulta se puede ir adelantando estudios y tratamientos en coordinación con los equipos locales de atención. Debemos tener presente que muchos de nuestros pacientes son de regiones, incluso de alejadas comunidades y el que podamos llegar a ellos a través de Internet es un salto tecnológico que cambia nuestra forma tradicional de hacer las cosas, en claro beneficio de los pacientes”, explica la Dra. Viviana Venegas, jefa de la Unidad de Neurofisiología del INCA e impulsora de este proyecto.
El Instituto comenzó un trabajo que ha involucrado a varias unidades y servicios, para brindar esta modalidad de atención a pacientes que cumplen los requisitos para una consulta a distancia.
“Mi papá quedó tranquilo, estaba angustiado por haber perdido su hora al doctor por la pandemia, pero la teleconsulta fue eficiente, tranquilizadora y el doctor sí pudo darse cuenta de que el paciente estaba bien”, cuenta María Soledad del Canto, hija de Juan Enrique del Canto, uno de los primeros pacientes que accedió a una teleconsulta del proyecto del Instituto de Neurocirugía.
“El impacto de esta atención en el paciente es alto, la gente agradece la conexión entendida como contacto con el equipo de salud. Soluciona problemas de transporte y de contacto con otras personas, los que son importantes en este contexto. Es una herramienta que resuelve, pues posibilita la atención de pacientes de zonas extremas del país, lo que lo vuelve rentable”, explica el Dr. Acevedo.
Así lo reafirma Edgard Plaza, paciente que vive en Lo Prado y que señala que el proyecto de telemedicina “es de gran ayuda, porque nos permite no tener que salir y, además, el contacto a distancia no es una limitante porque mucha gente ya tiene conexión a Internet”, señala.
En este período de marcha blanca las teleconsultas abarcan las especialidades de Neurocirugía Adulto, Neurocirugía Pediátrica, Neurofisiología, Neuroftalmología y Neurorradiología.
La Unidad de Desarrollo, el Servicio de Atención al Paciente (SAP), el Policlínico, la Unidad de Informática, los profesionales médicos, la Electroencefalografía, la Farmacia y el Laboratorio participan de este proyecto, que involucra desde las condiciones tecnológicas para realizar la teleconsulta, pasando por contactar y agendar al paciente; hasta la gestión de las indicaciones médicas surgidas de la consulta, tales como recetas e indicaciones de exámenes.
Si bien reconoce que este tipo de atención tiene sus limitaciones, la Dra. Viviana Venegas resalta que “permitirá un acercamiento clínico, en una instancia de interacción nueva, que permitirá resolver dudas y dar indicaciones que sean impostergables por la condición médica del paciente”, explica.
Por su parte, el Dr. Hernán Acevedo destaca otro beneficio de este proyecto, que es la disposición de las distintas áreas y profesionales involucrados a hacer algo nuevo y las ventajas que este tipo de proyectos incorporan al trabajo al interior del Instituto. “Te obliga a conversar en un objetivo común, esta interacción positiva tiene beneficio para el trabajo conjunto”.
